¿ Cómo asociarse y Colaborar ?
MI COMPROMISO PARA CON LA COMUNIDAD
“Aquellos que siembran con lágrimas, cosecharán con cánticos de alegría”
(Tehilim 126:4)
Los éxitos alcanzados hasta el presente, encuentran su correlato, en gran medida, en la tarea de obtener los fondos que los sustentan, día a día, hora a hora. No contamos con subsidios ni aportes gubernamentales, nacionales no del exterior, y nuestra única fuente de financiación son las donaciones de los privados.
Es por eso que con el correr de los años y ante la aparición de nuevas y mayores necesidades, programas en expansión e infraestructura edilicia, administrativa, docente y de maestranza, fuimos intensificando y diversificando las acciones de recaudación.
La misión solidaria, educativa y comunitaria que sería imposible sin el apoyo y compromiso de los generosos benefactores y voluntarios que son la sangre y el aire sobre las que se monta nuestra labor.
DECÁLOGO
¿POR QUÉ YO DEBERÍA COMPROMETERME E INVOLUCRARME, EXTENDER LA MANO Y COLABORAR?
1- Porque desde siempre, todos los judíos somos solidariamente responsables los unos por los otros, y no puedo permitirme disfrutar de mis logros económicos, si aún mis hermanos padecen necesidades vitales insatisfechas. Debo restituirles su dignidad. Ello me dignifica y enaltece como ser humano.
2- Porque la auténtica educación judía, portadora de los milenarios valores que nos construyen como el pueblo destinado a ser ejemplo y modelo para la humanidad, no puede ser considerada como un artículo de lujo, una excentricidad para ciertas elites. No puedo permitirme ser cómplice en perpetuar la ignorancia y los prejuicios, que nos corroen la identidad. Apuesto a futuro, asegurando la la continuidad de sus raíces y tradiciones.
3- Porque el participar y vivir en comunidad me permite ser un eslabón imprescindible dentro de una gran familia, donde encuentro mi marco de pertenencia, con personas afines. Comunidad me significa compartir, ofrecer, recibir, dialogar, experimentar y crecer junto a mi pueblo. No puedo permitirme vivir aislado de los míos. Son míos. Soy de ellos. Por siempre juntos.
4- Porque nuestro abrumador crecimiento en todas las áreas y departamentos, exigen más y mejores inyecciones de recursos para conservar lo conquistado y avanzar con renovado impulso.
Todo está a la vista. Las personas que nos apoyan son el fiel reflejo y el mejor índice de transparencia y confiabilidad de cómo y para qué se utilizan los recursos. No puedo permitirme dejarlas solas. Debo plegarme a ellos. Es mi compromiso. Es mi privilegio.
5- Porque la vida es un constante feedback y reciclaje de posiciones y situaciones. Al ser que el Todopoderoso maneja las circunstancias con su Divina Providencia, nadie tiene asegurado su porvenir ni el de sus seres queridos. Sin embargo, Él nos promete en su Torá que si asumo la actitud de dar, si tomo la iniciativa de compartir lo mío con otros, siempre seré de los que da, nunca de los que reciben. No puedo permitirme perderme esta oportunidad.
6- Porque cada acción conlleva aparejada una reacción. El hecho de abrir mi corazón y ofrecer mi colaboración, instila en mí una fuerte sensación de amor incondicional e identificación con mi pueblo, de paz interior que estoy haciendo lo correcto, sintiéndome legitimo merecedor, merecedor que Di-s continúe prosperándome, al comprobar mi retribución hacia Sus hijos.
7- Porque nada surge espontáneamente. Si algo viene con esfuerzo, es verdadero y duradero. Hoy disfrutamos todo aquello que se consiguió con mucho trabajo, privaciones, sangre sudor y lágrimas, que ya se invirtieron para que seamos todo lo que hoy somos. Y Vamos por más. Vamos por todo. Por eso, debo celebrar y alegrarme por lo que me toca en suerte, ser parte de esta maravillosa institucion, que constantemente nos sorprende y redobla sus apuestas. Ahora me toca a mí. Debo ser parte. Me están esperando.
8- Porque cada día son más los correligionarios que hasta el momento marchaban, por desconocimiento y faltos de referentes y marcos de contención, hacia la asimilación, y ahora comenzaron a interesarse, se interesan en su identidad, retornan a las fuentes, están ávidos y sedientos de espiritualidad que los colme. Yo también seguía aquel rumbo, hasta que Di-s me iluminó y me otorgó la posibilidad de descubrir el judaísmo a pleno.
Me reencontré conmigo mismo. Ahora me llegó el turno de retribuirle, y compartir con otros miles, mi felicidad.
9- Porque aunque, quizás, yo aún no practico mi judaísmo en su máxima expresión, sin embargo, tengo la convicción que no existe transmisión generacional de nuestras tradiciones, sin éstas no se enseñan ni se aprenden, si no se aplican en la vida cotidiana. Por eso, tomo conciencia y decido invertir en lo imprescindible, en lo trascendente.
10- Porque muchos de mis allegados, de diversas extracciones sociales y segmentaciones en sus marcos de referencia, ya están apoyando y financiado, siendo, por derecho propio, protagonistas, y no meros espectadores de esta fascinante transformación, y cada uno de ellos lo comenta en rueda de amigos y descubre que también ellos lo hacen. Entonces ¿Qué estoy esperando?